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¿Sabe usted cuáles son los principios básicos que un buen vendedor de panadería debe tener en cuenta a la hora de vender sus productos? Desde Harinalia analizamos las claves para que el éxito en su Panadería Canaria esté asegurado.

A la hora de proceder a la venta de un producto, el cliente es la persona más importante, esta figura es la que determina la calidad, transmite una marca que puede ser positiva o negativa, es el portador de ideas y el empresario basa sus objetivos y propósitos en su patrón.

En el otro lado de la balanza se encuentra el vendedor de panadería, en el que se tienen que dar una serie de requisitos imprescindibles para que la relación funcione y queda resumido en los siguientes puntos:

 1. Buenos modales. Un conocimiento profesional basado en la experiencia y la satisfacción unida a la buena presentación y unos buenos modales que favorezcan la posibilidad de aconsejar de la mejor manera posible al cliente. A esto hay que añadir una sonrisa y la confianza ante una posible venta. Cuando un posible comprador entra en la panadería, la primera impresión es la que cuenta, por lo que, es imprescindible que el vendedor de panadería establezca un contacto visual con el cliente en donde la sonrisa adquiere una importancia absoluta. Hay que demostrar a ésta persona que nos gusta el trabajo que estamos realizando con una actitud positiva, lo que generará un efecto de carácter retroactivo.

  1. Higiene. La higiene juega un factor primordial en donde se deben evitar los aromas y olores corporales desagradables. El uniforme o ropa de trabajo debe ser la correcta y limpia (siempre disponer de una muda de ropa por si en algún momento se ensucia la ropa de trabajo y debemos cambiarla por una limpia), con las manos cuidadas y el pelo recogido (estamos tratando con alimentos).

 

  1. Trato cordial al cliente. La primera impresión es tan importante como la última, por lo que debemos destacar que la persona que se encuentra detrás del mostrador se tiene que sentir importante, por lo que mientras le atendemos debemos estar únicamente a su servicio, nunca olvidar de sonreírle, mirarle a los ojos y tomarse el tiempo necesario para despedirse y éste debe percibirlo, incluso si hay otros clientes a su alrededor. La paciencia juega un punto primordial ya que debe ser una de las mayores virtudes de un buen vendedor de panadería y que hay que mostrar en muchas ocasiones. Muchas veces debe ser el gerente de panadería quien debe supervisar que todo el personal sea correcto con sus clientes y ayudar así en el buen servicio de su negocio.

 

  1. Conocimiento del producto. ¿En qué puedo ayudarle? En el proceso de compra nos podemos beneficiar de una serie de preguntas que determinarán que es lo que quiere el cliente. Estas cuestiones pueden ser abiertas que constituyen la pieza central en la conversación de una venta y las específicas que nos ahorrarán tiempo y nos permitirán comprender lo que realmente desea el cliente. Pero para poder aconsejar es necesario primero tener un conocimiento técnico de los productos que queremos vender, cuáles son sus ventajas, si contamos con algún producto único y que nos diferencia de la competencia, así como tener claras las ideas de promoción de los productos, su ubicación empaquetado, precios, etc. En pocas palabras, los buenos vendedores de panadería no venden, satisfacen los deseos de los clientes.

 

En resumen, un buen vendedor de panadería no es solo un dispensario de pan, sino un eslabón determinante a la hora de lograr la notoriedad ante la competencia, ya que no solo ofrece su pan diario, sino que logra vender toda la gama de productos extras que podemos encontrar en la panadería canaria, porque es una empresa, y como tal, su objetivo es lograr promocionar su negocio.